¿En qué medida debemos
consumir el agua? ¿Es más peligrosa la deshidratación o la intoxicación a causa
de ésta? ¿Cuál sería el consumo aceptable de agua? ¿Es una barbaridad beber 3
litros de ésta al día?
Todas estas cuestiones
fueron tratadas en la entrevista realizada por el periodista Julio César
Iglesias al cirujano cardiovascular del Hospital Ruber de Madrid, el doctor
Juan José Rufilanchas Sánchez.
Lo que el doctor se
atreve a explicar es que, la teoría de que beber 2 ó 3 litros de agua al día es
completamente incierta, pues perjudica a nuestro organismo más que ayuda, en
especial al de enfermos cardiópatas, a los que puede acabar produciendo edemas
(líquido en los pies o en la tripa) e insuficiencia cardiaca.
Por lo tanto, afirma que,
tratándose de una persona sana (que tiene bien los riñones, el corazón y el
hipotálamo, que es donde se encuentra el centro de la sed) se debe beber agua
única y exclusivamente cuando se tenga sed.
Para ello, es importante
no creerse lo que se suele decir acerca de que, cuanta más agua bebas, más
delgado estarás.
He aquí una pequeña
explicación: si tú te pesas antes y después de beber dos litros de agua,
comprobarás que, una vez ingeridos, tu peso habrá aumentado 2 kilogramos. Sin
embargo, en una o dos horas eliminarás esos litros que albergaban en tu cuerpo
mediante la orina, de manera que volverás a pesar lo mismo que al principio.
Es por eso por lo que, el
doctor, considera que es una barbaridad beber tres litros de agua al día, pues,
al fin y al cabo, estás haciendo un intercambio de agua con tu cuerpo.
Por lo tanto, no te dejes
engañar por las campañas publicitarias, pues no siempre velan por el bien
común, sino por sus propios beneficios. Y, llegados a este punto, nos
sumergiremos en uno de los datos más curiosos tratados en esta entrevista:
durante gran cantidad de años, se ha pensado que la deshidratación es un factor
muy peligroso, por lo que se ha estado recomendando el hecho de beber mucha
agua cuando se está practicando deporte en la época del año más calurosa.
Sin embargo, esta idea no
es del todo correcta partiendo de la base de que hay que beber agua solamente
cuando se tenga sed: todos nosotros sabemos cuándo nuestro cuerpo nos pide
líquido, por lo tanto, ingerirlo en exceso puede provocar que, mientras este
líquido llega a los riñones para su filtración, lo cual es un proceso que
requiere un tiempo determinado, las células
se hinchen por la enorme cantidad de agua que se encuentra en ellas, llegando a
causar, incluso, la muerte. Por lo tanto, este proceso, llamado
intoxicación por agua, es mucho más peligroso que una deshidratación, pues en
esta última es una alarma, con la que hay que tener cuidado, pero de la que es
más sencillo recuperarse.
Es por todas estas
razones por las que se recomienda que, una persona que lleve un ritmo de vida
normal, debe consumir agua cuando tenga necesidad, mientras que un deportista
deberá beber menos cantidad. Incluso, es
mejor que estén un poco menos hidratados de lo normal antes de que se
encuentren sobrehidratados.
Paula Santero Tribín 4ºESO