TKM-Ébola. El
primer medicamento que ofrece un cien por cien de efectividad contra el ébola.
A juzgar por los indicios desvelados
antes de la publicación de la noticia, los resultados parecen espectaculares.
Así lo resume en un comunicado el
director del estudio, Thomas Geisbert: “Fuimos capaces de proteger a todos nuestros
primates no humanos contra una infección letal de ébola Makona
[la cepa causante del brote actual] cuando el tratamiento comenzó tres días
después de la infección. En este punto, los infectados mostraban signos
clínicos de la enfermedad y tenían niveles detectables del virus en la sangre”.
Según
exponen los investigadores, los animales tratados se recuperaron por completo. El tratamiento protegió a los monos de los daños renales y
hepáticos del virus y de las alteraciones en sangre, logros cruciales para
evitar la devastación producida por el ébola que causa la muerte de los
pacientes. Los no tratados sucumbieron a la enfermedad entre los días octavo y
noveno de la infección.
He investigado, sin embargo, que el
religioso infectado por el ébola, tardó solamente días en fallecer,
encontrándose en tratamiento médico desde los primeros síntomas. Mientras que
los animales infectados sin tratar, fallecieron a la semana. Por lo que he
averiguado que, en la mayoría de los medicamentos, un ingrediente amplifica e
intensifica el virus sanguíneo que ofrece el ébola.
El fármaco ha sido desarrollado por la
compañía Tekmira Pharmaceuticals, de Vancouver (Canadá), en colaboración con
otras instituciones, entre ellas el Departamento de Defensa de EE. UU.
Logros como estos no se obtienen de la
noche a la mañana por arte de magia cuando las epidemias aprietan. Como en la clásica
fábula de la cigarra y la hormiga, todos nos beneficiaremos ahora del trabajo
de los países que invirtieron en investigación sobre el ébola cuando nadie más
lo hacía: Canadá y EE. UU.
En
enero de 2014, Tekmira lanzó la fase I del ensayo clínico, la primera prueba en humanos que sigue a los estudios
preclínicos y que constituye el paso inicial del largo proceso necesario para
que un medicamento llegue al mercado. Sin embargo, en julio la Agencia de
Fármacos y Alimentos de EE. UU. (FDA) decidió dejar el ensayo en suspenso
cuando se detectaron síntomas de tipo gripal en varios de los sujetos. Esto no
implica que el fármaco no sea válido, o que se vaya a detener su desarrollo.
Simplemente, en la fase I se evalúa si el medicamento es seguro, y cualquier
anomalía debe examinarse en detalle antes de proseguir.
En mi opinión no habrían de detener la
investigación por los síntomas gripales que ya sabemos contraatacar. Haciendo
esto, no solo estamos permitiendo a los pacientes padecer esta enfermedad, si
no que además detenemos un proyecto importantísimo para la salud pública, ya
que al no conocer la causante del ébola, estamos permitiendo a este virus
expandirse, y aparecer de nuevo en personas o animales sin tratamiento,
permitiendo su contagio.
En agosto, no obstante, la FDA autorizó el uso del
medicamento para el tratamiento experimental de pacientes en riesgo crítico, una medida excepcional que se adopta en ocasiones para
sortear el largo proceso de los ensayos clínicos cuando existe una verdadera
emergencia de salud pública, como es el caso del actual brote de ébola.
Este
avance científico y médico me parece un orgullo para todos nosotros, ya que
estamos demostrando la capacidad de poder defendernos ante peligros de salud.
Carmen Torres (2ºD)
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