Todos nosotros percibimos la energía del sol; nos ilumina, nos
calienta...pero ¿crees que sería suficientemente potente como para
quemar madera o fundir el metal? Modificando la superficie sobre la que
incide podemos multiplicar sus efectos hasta conseguir cosas
aparentemente imposibles. Podéis dejar vuestros comentarios. El siguiente vídeo es cortesía de Miguel Passaret, vuestro compañero de 4º ESO.
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